Lady Bird
Cuando naces en una familia de clase media o media-baja y te crías a las afueras de una ciudad sabiendo que tus sueños no tienen porque hacerse realidad y encima eres adolescente, tienes dos opciones: te conformas con lo que te toque o luchas por lo que quieres aunque tengas que enfrentarte a tu santa madre, hacer vacío a tu mejor amiga o tirarte de un coche en marcha para reivindicarte.
Y sí, Lady Bird no deja de ser la historia de una adolescente difícil; pero a ella no pueden enviarla a Bel Air con sus tíos ricos para que se reforme... El encanto de la peli, creemos que, reside en el padre de la criatura porque por muy mal que lo esté pasando, el señor entiende o hace el esfuerzo de entender a su hija y le echa esa mano que todos recibimos alguna vez de quién menos lo esperamos.
Greta Gerwig consigue narrar en los noventa y tantos minutos que dura la cinta las diferentes etapas que sufre una adolescente rebelde en su último año antes de ir la universidad, cambiar a tu mejor amiga de toda la vida, perder la virginidad, primer trabajo, la "nula" relación con tus hermanos...
Esa rebeldía después consigue abrirte los ojos y te demuestra que si antes creías que el camino era duro ahora lo es más porque debes construirlo tú solo. Aparecerán zancadillas disfrazadas de borracheras brutales que tendrás que pasar solo pero que también te harán crecer y darte cuenta que aquellos "NO" eran para protegerte y no porque quisieran llevarte la contraria en todo.
El 2017 nos ha regalado esta producción muy nominada y poco premiada donde el peso recae sobre Saorise Ronan (Brooklyn) y descubrimos la paciencia de Laurie Metcalf (Big Bang).
Fuentes: IMDb
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